Hoy hemos afrontado la penúltima etapa, desde Ribadiso hasta O Pedrouzo, casi 25 Km hasta llegar a la pensión en la que nos han dejado estar con Laia. Apenas he sacado fotos de los pueblos por los que hemos pasado, ha estado medio lloviendo toda la mañana y se ha hecho pesado. Ayer estuvimos en el albergue los caminantes, con cámping, y ¡cómo no! día que ponemos tienda, día que llueve. Lo bueno es que nos dejaron una manta. Lo malo ha sido recoger esta mañana con todo mojado.
Aunque ella se lo ha tomado con mucha resignación... Hemos conseguido varios hitos hoy.
Efectivamente, 300 Km andados.
Los 25 Km que se supone nos quedan hasta llegar a destino.
Y los supuestos 20, no os engañeis por el sol, han sido sólo unos rayos desperdigados. El cuerpo nos está pasando factura, nos cuesta algo más que hace unos días. Otros peregrinos dicen que el cuerpo nota que estamos terminando y deja entrever el cansancio. Mañana, como es el último día, vamos a aliviar un poco el peso de las mochilas y vamos a mandar la tienda de campaña al hotel en uno de los múltiples servicios de transporte de mochilas que que se ofertan. A estas alturas hay mucha gente que hace el camino por decir que hace algo con una mochila con 4 cositas dentro, y nos parece que, como mínimo hay que terminar con la mochila al hombro. La peque está aguantando como una campeona, pero se le nota el cansancio, porque se pasa las tardes durmiendo como una loca. Ahora toca reflexionar sobre los días pasados y afrontar la última jornada con mucho ánimo.
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